martes, 26 de julio de 2011

Contigo pan y cebolla

Retrato de Miguel Hernández
Del libro de perito en lunas.

 


La cebolla y Miguel Hernández

Siempre que me pongo a pelar cebollas me acuerdo de aquella preciosa canción de Serrat, 
poniendo música al poema que escribió Miguel Hernández 
a su mujer cuando estando preso, se enteró que ella sólo comía pan y cebolla.
Son doce estrofas con aire de seguidilla. Y no se cómo siempre acabo llorando...  
Se cuenta qué los trabajadores que construyeron
las pirámides comían cebollas y ajos. Son reconstituyentes y fáciles de cultivar.
Sin extenderme más sobre sus propiedades, vayamos al tubérculo...

                    Acuarela sobre papel. Por Rosa Prat. 44x28cm

Desde entonces es un tubérculo muy apreciado y se toma en crudo , 
cocido o a la plancha. 



Poner  la canción.....

Precioso tema de Joan Manuel Serrat. 
"La nana de la cebolla"





 PROPIEDADES DE LA CEBOLLA:
Pertenece al grupo de la liliáceas. Compuesto por  gruesas capas, es el resultado

 podríamos decir, de la fusión del sol y la tierra.
Combate el estreñimiento, es un desinfectante natural, hipo- tensor, flexibiliza las arterias(por su contenido en Sílice), así como favorable para para evitar la trombosis, la anemia y para enfermedades respiratorias (las abuelas ponían una cebolla cortada con unos clavos de olor insertados en ella
 en la habitación de los niños o de personas con problemas respiratorios)
 Contiene asimismo, vitamina A, C, y B, el caldo es beneficioso para la próstata
 y los riñones, además es considerada anti -cancerígena. 
Sus propiedades varían en crudo o cocidas, en ese caso, elimina el colesterol. 
La cantidad recomendada es de 50 gr al día,
 siendo mejor consumirla por la tarde o de noche. 


Hay muchos refranes sobre la cebolla, cómo el conocido: "Contigo pan y cebolla", 
"A falta de olla,pan y cebolla","Ajo y cebollino para con vino", 
"No por llorar van a crecer las cebollas" 



RECETA: Sopa de cebolla morada.


Para 4 personas: 
50 gr de Mantequilla, 400gr de cebollas en rodajas, 
1/2 litro de caldo de carne o pollo, una pizca de harina, 
8 tostadas de pan, 80gr de queso 
Emental recién rallado, sal y pimienta.

Fundir la mantequilla, sin quemarla, y dorar la cebolla a fuego muy lento
remover una media hora, hasta que esté dorada y blandita.
Espolvorear un poco las cebollas con la harina y añadir el caldo cociéndolo todo 
durante 15 minutos. Meter en el horno pre-calentado a 200º grados 
sobre un bol refractario o cazuela de barro, poniendo dos tostadas de pan tostado por cada bol.
(Yo lo frío con un poco de aceite en la sartén), 
Espolvorear con el queso recién rallado, un poco de mantequilla, y pimienta al gusto.
Se gratina hasta que el queso se funda.



















La nana de la cebolla 


La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.

En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.

Una mujer morena

resuelta en luna
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te traigo la luna
cuando es preciso.

Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en tus ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que mi alma al oírte
bata el espacio.

Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.

Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.

La carne aleteante,
súbito el párpado,
el vivir como nunca
coloreado.
¡Cuánto jilguero
se remonta, aletea,
desde tu cuerpo!

Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna,
defendiendo la risa
pluma por pluma.

Ser de vuelo tan lato,
tan extendido,
que tu carne es el cielo
recién nacido.
¡Si yo pudiera
remontarme al origen
de tu carrera!

Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.

Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.

Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú, satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa ni
lo que ocurre.

  Miguel Hernández